
Si se quedaron con las ganas de leer y continuar acompañándome en lo vivido en Asia, pues aquí estoy de nuevo.
Nuestro siguiente destino Bangkok, y ahí estaba yo en la hermosa sala de espera de uno de los más hermosos aeropuertos del mundo, llamado Changi Airport, un agasajo, las salas y la inmensidad de ellas, una mini ciudad: Hospital, sala de cine, sala de videojuegos, spas, más de 350 tiendas de las marcas más reconocidas, restaurantes, incluso un tobogán que no vi y obvio ni me aventé.
Pise el aeropuerto más hermoso para llegar a uno de los más desastrosos que me han tocado pisar, Don Mueang el más antiguo de Bangkok. En ese momento dije what? Que nos tocara vivir en esta ciudad? “dios mío” y más responsabilidad sentía ya que dos de las personas que habían planeado y organizado el viaje, era yo y la otra no había podido hacer el viaje. Ya imaginaran mi sentir en esos momentos.!
No había más que quitarme el sentimiento y disfrutar de esta nueva experiencia. Bangkok una ciudad pequeña pero la más poblada de Tailandia, llena de smog, tráfico y un idioma que complicaba o hacía que nuestro ship se modificara, un inglés masticado con tailandés.
Busos todos, debido a la pobreza en la que viven su modo de vida es difícil y esta es orillada a abusar de lo que está al alcance. Uno de ellos, nosotros los turistas.
Los atractivos turísticos de Bangkok los resumiría en dos, sus templos y el peculiar transporte llamado tuk tuk.
Visitamos el primer templo “EL GRAN PALACIO” una maravilla de lugar, el hogar durante años de la familia real de Tailandia. No saben la cantidad de gente que había, siempre escuché que para poder capturar las mejores fotografías estás debían ser lo más temprano posible, a la apertura del recinto. Sin embargo lograr mover a seis a un horario determinado y para sólo complacer mi capricho, imposible. Así que aquí algunas de las fotos que logramos. Por cierto nuestros outfits propios del lugar, mismos que compramos en unas tienditas afuera del palacio.
Otro templo que es primordial visitar es WHAT PO en la misma área del palacio pero con una entrada distinta. Más solitaria, más pequeña pero también llena de misticismo.
Que nos faltaba, por supuesto, vivir la experiencia de un tuk tuk y vaya que lo fue.
Y bueno, la última noche en Bangkok ya listos para al otro día pisar arena y mar tailandés cambio totalmente, pero eso se los contaré en la última parte que publicaré en las próximas semanas….